miércoles, 19 de diciembre de 2018

Nomad ND1








Tipo: Todoterreno de exploración / Type: All-terrain scout vehicle

Longitud: 7 m / Lenght: 7 m

Altura: 2 m / Height: 2m

Velocidad máxima 180 km/h / Max. Speed: 180 Km/h

Motor: Núcleo de tres partes de Elemento cero / Engine: Three-part Element Zero Core

Escudo: Barrera Cinética / Armor: Kinetic shield

Armamento: Ninguno / Weapons: None

Pasajeros: 4 / Passengers: 4


miércoles, 28 de noviembre de 2018

Batalla en el bosque maldito


Ya desde la distancia se podía percibir algo extraño en aquel bosque.

Los árboles tomaban en amplias zonas un color rojizo y moribundo que contrastaba con el color verde de las espesas arboledas que se extendían hasta el horizonte.

Los testimonios de los escasos lugareños que se atrevían a aproximarse al bosque hablaban de desapariciones misteriosas, luces refulgentes en la noche y otros fenómenos inexplicables, en una zona que ya desde tiempos antiguos era tenida por maldita, y en la que hacía siglos que no vivía nadie, quedando apenas algunas ruinas como vestigios de aquellas poblaciones que hubo generaciones atrás en los claros del bosque.

Lo que parecía una mera superstición, comenzó a tomar otra dimensión, cuando en todas las aldeas cercanas se reportaron desapariciones y muertes inexplicables de sus vecinos, que siempre venían precedidas de repentinos apagones del suministro eléctrico.


Sospechando de la autoría de saboteadores enemigos, se envió una patrulla de reconocimiento, que detectó movimiento en las zonas de mayor espesura de la vegetación, cuyo origen fue revelado a los pocos minutos por un reconocimiento aéreo. Cientos de humanoides de aspecto mecánico, caminaban entre los árboles en dirección a las ruinas y junto a ellos, enormes estructuras de color oscuro se movían levitando emitiendo un resplandor verdoso. 








El Oberkommando des Heeres recibió las imágenes aéreas, de lo que los analistas identificaron como Necrontyr, una antigua civilización alienígena tan avanzada como poco conocida, de la que se cree que existe desde hace milenios y con la que las fuerzas de Kriegstadt ya habían tenido algunos encuentros en ocasiones anteriores, en otros mundos lejanos, con devastadores resultados.

Conscientes de la gravedad del peligro y la necesidad de neutralizarlo de manera contundente, se envió de inmediato a la zona al Schwere Panzerabteilung 528, cuyos carros de combate se dispusieron en línea para recibir al misterioso enemigo con una lluvia de proyectiles en un claro del bosque junto a las ruinas.

No sabemos lo que son, pero no necesitamos saberlo, porque no vamos a dialogar con esas cosas, únicamente a destruirlas” dijo por radio el Coronel Otto von Müller a las tripulaciones de los panzers bajo su mando. Y así, según asomó la primera criatura mecánica entre la vegetación, se desató el fuego.




Miles y miles de proyectiles de todos los calibres acribillaron a aquellos seres de metal, que, sin embargo, lejos de intentar cubrirse o evitar el infierno que caía sobre ellos, continuaban avanzando impasibles. Algunos eran desintegrados, mientras que otros se mantenían en pie caminando, y otros, que habían sido derribados con graves daños, se recomponían y se volvían a levantar para continuar avanzando.




Repentinamente, dos figuras de aspecto espectral y fantasmagórico se adelantaron a los caminantes metálicos, levitando sobre el suelo, y se lanzaron contra los carros de combate situados en vanguardia de las líneas Kriegstadter. Una llamarada impactó de lleno a uno de aquellos seres, expedida por el tubo del carro lanzallamas que había avanzado para repeler cualquier asalto cercano a los carros pesados. Sin embargo, el ser, envuelto en llamas e impregnado de combustible, no parecía afectado por este ataque, y con una de sus extremidades, de forma afilada, cortó el blindaje del vehículo como si fuese papel, provocando una gigantesca explosión que dispersó combustible ardiendo a muchos metros a la redonda.


Tras este terrible espectáculo, otros panzers corrieron similar suerte a manos de estos seres.
La lluvia de disparos no cesó en ningún momento, y se centró en estas entidades extrañas, a las que los impactos de los proyectiles apenas afectaban con ligeras sacudidas.
Solicitado por radio, con desesperación, el apoyo aéreo, no tardaron en aparecer los cazabombarderos de la Luftflotte, haciendo ataques en picado sobre los Necrontyr, situados de manera muy expuesta en el claro del bosque. Ametrallaron y bombardearon a sus unidades, destruyendo aparentemente a cierta cantidad de los seres de metal.



De repente, en mitad del terreno ocupado por el enemigo, mientras estos humanoides mecánicos caminaban entre las ruinas de los edificios, un destello de color violáceo restalló entre ellos. El piloto del cazabombardero de la Luftflotte no identificó lo que era, ni tampoco se interesó demasiado por ello, simplemente hizo una pasada sobre todo aquello, disparando con furia los cañones automáticos, cuyas bocachas estaban ya al rojo vivo.


Ni el piloto ni el resto de las tropas que allí se encontraban, podían imaginar en ese momento que aquel resplandor era un efecto del teletransporte que había llevado de manera instantánea a un gran número de desconocidos guerreros al corazón de las líneas enemigas.
Los guerreros estaban equipados con pesadas servoarmaduras de color beige con ornamentos de color verde oscuro. Las tropas de Kriegstadt no sabían en ese momento si estos individuos eran aliados o no, dado que no contactaron con ellos previamente ni se identificaron en modo alguno. Los reportes de inteligencia posteriores indicaron que eran conocidos como “Los Ángeles Oscuros”, una orden guerrera extranjera.



Los proyectiles de las aeronaves impactaron por igual tanto en los enemigos como en estos nuevos visitantes inesperados, permitiendo las armaduras de estos últimos, que los proyectiles les derribaran sin causarles daños de mayor importancia, volviéndose a levantar del suelo.
Estos guerreros de aparición inesperada se lanzaron con furia en una lucha cuerpo a cuerpo contra los enemigos metálicos, con gran efectividad, arrancando sus cabezas y extremidades con pesados guanteletes mecánicos.


Dada la efectividad de las poderosas armas cuerpo a cuerpo de los guerreros, el fuego de las fuerzas de Kriegstadt se dirigió hacia otras zonas, más por una cuestión práctica que por consideración hacia la ayuda inesperada.


Aprovechando la situación, se dio la orden desde el Oberkommando, de evacuar a los heridos y replegar las tropas terrestres a posiciones menos expuestas para dejar que la situación se resuelva, en lo posible, por parte de las fuerzas desconocidas que estaban interviniendo, mientras que la aviación se centraría en atacar a los objetivos más grandes. Certeros disparos destruyeron las principales máquinas de guerra Necrontyr desde el aire.


De repente, los guerreros metálicos quedaron paralizados durante un momento, dejaron de combatir y adoptaron una posición erguida. Un segundo después, un fulgor verdoso inundó todo el campo de batalla, y los alienígenas mecánicos se desvanecieron en el aire, sin dejar rastro alguno tras de sí.
Los Ángeles Oscuros, ante la desaparición de su enemigo, activaron una especie de radiobaliza y se situaron alrededor de ella, teleportándose al mismo lugar del que vinieron, una nave espacial furtiva que se había situado en órbita sin ser advertida su presencia.



En el informe del Coronel von Müller, presentado ante la comisión que investigó este incidente armado, se consideró que probablemente, las fuerzas hostiles, al estimar la gravedad de sus daños optaron por retirarse mediante alguna clase de portal o medio de teleportación, a un lugar indeterminado. El bosque fue bombardeado con bombas incendiarias y peinado por tropas terrestres en busca de presencia enemiga, que no fue encontrada.

En la zona se situaron sensores y sistemas automatizados por si se produjera actividad sospechosa. A los pocos días llegó a la zona un destacamento científico y la zona se declaró zona restringida.


Resultado: Empate
- Las fuerzas de Kriegstadt no han conseguido erradicar la amenaza Necrontyr ni tomar sus posiciones.
- Los Necrontyr no han conseguido acabar con los humanos ni romper su línea defensiva.
- Los Ángeles Oscuros han aparecido tardíamente y no han conseguido tomar las posiciones ocupadas por los Necrontyr.

domingo, 27 de mayo de 2018

Invasión alienígena en Nimbus III



La presencia de las tropas de Kriegstadt en el planeta Nimbus III era prácticamente testimonial, consistente apenas en unos pocos puestos avanzados, guarnecidos por una compañía de infantería mecanizada, cuyos efectivos rotaban periódicamente con los de otros puestos avanzados del sector. 

El sector Nimbus era un destino tranquilo, mundos principalmente agrícolas de escaso valor militar, alejados de las rutas comerciales y zonas conflictivas. Uno de los principales motivos para la presencia allí del Reich de Kriegstadt, no era otro que el de mantener vigilada la presencia de la UEO y sus efectivos militares, que bajo pretexto del desarrollo de misiones humanitarias y de ayuda al desarrollo, estaba adquiriendo mayor peso político, económico y militar en la zona.

Normalmente los militares de Kriegstadt permanecían acuartelados o llevando a cabo patrullas rutinarias en zonas alejadas de los núcleos de población, pues tenían órdenes de evitar fricciones con las tropas de la UEO, con las que se mantenía la habitual cortesía propia de la diplomacia en el contexto de unas relaciones internacionales tensas.
Este equilibrio se rompió cuando todo el espectro de frecuencias se llenó de mensajes de radio y llamadas desesperadas de auxilio de diferentes poblaciones y granjas cercanas.
Al no poder contactar, en respuesta a estas llamadas, se envió una columna de infantería mecanizada al cercano municipio de Lins, un núcleo poblacional donde una compañía de artillería de la UEO tenía su acuartelamiento.
Lejos de lo esperado por los panzergrenadieren , su llegada a Lins no tuvo reticencia alguna por parte de los cascos azules de la UEO. La explicación la encontraron cuando mirando hacia el horizonte a través de los macrobinoculares, pudieron ver la dantesca imagen de una horda compuesta por toda clase de criaturas de pesadilla, aproximándose como una ola de dientes y garras.
Tomando posiciones en los pequeños edificios, los panzergrenadieren establecieron una línea de fuego defensiva en el flanco de las tropas de la UEO, cubiertos por las armas pesadas de sus transportes y los vehículos blindados de apoyo.

Comienza la batalla
La artillería de la UEO abrió fuego sobre la horda alienígena que se dirigía a las defensas a toda velocidad, haciendo saltar los restos de incontables seres.

La infantería de Kriegstadt se preparó disciplinadamente para abrir fuego a la distancia adecuada, pues cada proyectil sería pronto un recurso de incalculable valor.
De pronto, a retaguardia de la UEO aparecieron tropas equipadas con servoarmaduras de colores negro y amarillo. Los Kriegstadter no los reconocieron, pero viendo que parecían entenderse con los soldados de la UEO y que se unían a la defensa, los consideraron como aliados. Más tarde los informes indicarían que estos guerreros pertenecían a una orden de caballería errante, conocida como “The Masters of Ember”.


Una vez estuvieron a tiro los alienígenas, una lluvia de disparos de los Panzergrenadieren y sus vehículos cayó sobre ellos, eliminando metódicamente a todos los que se aproximaban lo suficiente al perímetro defensivo.
Los cascos azules de la UEO se vieron en mayores dificultades, pues enormes criaturas monstruosas, del tamaño de un edificio, se ensañaron con ellos, que tuvieron incluso que batirse a bayoneta contra aquellos seres, sufriendo terribles bajas.


Los carros de combate dirigieron su fuego a estas criaturas, permitiendo a parte de las tropas parapetarse en lo alto de los edificios para disparar desde las azoteas a los puntos más vulnerables.
Las tropas de Kriegstadt mantuvieron la línea, para lo cual fue particularmente útil el uso de lanzallamas.
Los guerreros de armadura negra y amarilla sufrieron grandes bajas, ya que los horrendos seres mostraron un particular ensañamiento contra ellos y devoraron a cuantos pudieron.
Tras una tenaz resistencia de las tropas atrincheradas y un largo combate, los seres se retiraron repentinamente, probablemente a encontrar algún punto débil de la defensa o a buscar humanos más fáciles de comer.
La UEO pidió refuerzos y preparó nuevas
defensas, pues sin duda aquellos horrores volverían en mayor número.
Los efectivos de Kriegstadt recibieron orden de volver a su acuartelamiento, pues el mando estableció como prioridad la protección de los enclaves Kriegstadter, mientras se evaluaba la situación general por el Alto Mando. Este movimiento no fue visto con agrado por la UEO, pero sus quejas no fueron muy airadas, ya que ellos tenían un protocolo de actuación similar.
Los guerreros de armadura negra y amarilla se retiraron en sus aeronaves, llevando consigo a sus heridos y restos de sus caídos, sin mayor interacción con el resto de fuerzas humanas, ni dar explicación de su aparición o su retirada.
El coronel Hoffmann, al mando de la columna, pensó para sus adentros que aquella no había sido una victoria definitiva, pero viendo que volvían a casa todos sus chicos, sin haber sufrido pérdidas humanas ni materiales, consideró que sin duda el Reich de Kriegstadt podía estar orgulloso de la gesta llevada a cabo por él y sus hombres en Nimbus III
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Presence of the Kriegstadt troops on planet Nimbus III was not significative, consisting only of a few outposts, guarded by a mechanized infantry company, whose men rotated periodically with those of other outposts in the sector. The Nimbus sector was a quiet destination, mainly agricultural worlds of little military value, far from the commercial routes and conflictive zones. One of the main reasons for the presence there of the Reich of Kriegstadt, was none other than to monitor the presence of the UEO and its military, which under the pretext of humanitarian missions and development aid, was acquiring greater weight political, economic and military in the area.

Usually the Kriegstadt military were in their outposts or carrying out routine patrols in areas far from the population centers, as they had orders to avoid friction with the UEO troops, which maintained the usual courtesy of diplomacy in the context of tense international relations.
This balance was broken when the entire spectrum of frequencies was filled with radio messages and desperate calls for help from different towns and nearby farms.
Unable to contact, in response to these calls, a mechanized infantry column was sent to the nearby municipality of Lins, a village where an UEO artillery company was stationed.
Far from what was expected by the panzergrenadieren, their arrival in Lins had no reticence on the part of the blue helmets of the UEO. They found the explanation when looking towards the horizon through the macrobinoculars, they could see the horrible image of a horde made up of all kinds of nightmare creatures, approaching like a wave of teeth and claws.
Taking positions in the small buildings, the panzergrenadieren established a defensive line of fire on the flank of the UEO troops, covered by the heavy weapons of their transports and the armored support vehicles.
The battle begins
UEO artillery opened fire on the alien horde that was heading for the defenses at full speed, blowing up the remains of countless beings.
Kriegstadt infantry prepared themselves disciplinedly to open fire at the proper distance, because each projectile would soon be a valuable resource.
Suddenly, in the rear of the UEO, unknown troops appeared, wearing black and yellow armor. The Kriegstadters did not identified them, but seeing that they seemed to be on the side of the UEO soldiers and joined the defense, they considered them an allied. Later reports would indicate that these warriors belonged to an order of wandering cavalry, "The Masters of Ember".
Once the aliens were at aim range, a rain of shoots fell on them from the Panzergrenadieren and their vehicles, methodically eliminating all those who approached enough to the defensive perimeter.
The blue helmets of the UEO saw themselves in greater difficulties, because enormous monstrous creatures of the size of a building, were specially ferocious with them, that they had even fought with a bayonet against those beings, suffering terrible losses.
Tanks directed their fire to these creatures, allowing part of the troops to run upstairs reaching the top of the buildings to shoot from the rooftops to the most vulnerable points.
Kriegstadt troops kept the line, for which the use of flamethrowers was particularly useful.
The warriors in black and yellow armor suffered great losses, since the horrendous beings showed a particular cruelty against them and devoured as many as they could.
After tenacious resistance from the entrenched troops and a long fight, the beings retreated suddenly, probably to find some weak point in the defences or searching for humans easier to eat.


UEO called for reinforcements and prepared new defences, as those horrors would undoubtedly return in greater numbers.


Kriegstadt troops were ordered to return to their outposts while the general situation were being evaluated by the High Command, as they considered the protection of the Kriegstadter enclaves a priority. This movement was not welcomed by the UEO, but their complaints were not very strong, since they had a similar protocol of action.
The warriors in black and yellow armor retreated in their aircraft, taking with them their wounded and the remains of their fallen brothers, without major interaction with the rest of human forces, nor give explanation of their appearance or their retreat.

Colonel Hoffmann, in command of the column, thought to himself that this had not been a definitive victory, but seeing that all his men would return home, without having suffered human or material losses, he considered that the Kriegstadt Reich could undoubtedly be proud of the feat carried out by him and his men in Nimbus III.